Aprovechar el tecnosistema: productos para el almacenamiento de carbono a largo plazo

MadridUn estudio reciente destaca un papel significativo pero pasado por alto en el almacenamiento de carbono desempeñado por productos fabricados por humanos. Investigadores de la Universidad de Groningen, liderados por Klaus Hubacek y Franco Ruzzenenti, han descubierto que alrededor de 400 millones de toneladas de carbono fósil se añaden anualmente a objetos duraderos como plásticos y edificios. Este proceso forma parte de lo que algunos llaman la "tecnósfera", que incluye todas las cosas creadas por el ser humano, incluso aquellas que desechamos.

El estudio revela que solo en 2011, aproximadamente un 9% del carbono extraído de combustibles fósiles se almacenó en bienes duraderos en lugar de liberarse como CO2. Esta cantidad de almacenamiento es casi equivalente al CO2 que la UE liberó en ese año. Los sectores con mayor acumulación de carbono fósil incluyen:

• Construcción de edificios e infraestructuras: 34%
• Productos de caucho y plástico: 30%
• Betún, utilizado en carreteras y techos: 24%
• Maquinaria y equipos: 16%

Entre 1995 y 2019, se almacenaron aproximadamente 8.4 mil millones de toneladas de carbono fósil en productos fabricados por humanos. No obstante, las prácticas de eliminación presentan un desafío. La mayor parte de este carbono termina en vertederos, se incinera o se convierte en desechos. Solo una pequeña parte se recicla. Dado que algunos de estos materiales pueden durar décadas o incluso siglos, es esencial una gestión de residuos eficiente para evitar problemas ambientales y emisiones adicionales.

Los investigadores proponen alargar la vida útil de los productos y aumentar el reciclaje como soluciones. También destacan la importancia de implementar políticas que reduzcan el vertido de desechos en los vertederos. Los futuros estudios del equipo se centrarán en el carbono biogénico, como la madera, para explorar otras opciones de almacenamiento de carbono en bienes duraderos. Estos descubrimientos podrían influir en nuevas estrategias de secuestro de carbono, posiblemente utilizando materiales derivados de plantas en la construcción.

Almacenamiento a largo plazo

Al comprender el potencial de los objetos creados por el ser humano para actuar como almacenamiento de carbono a largo plazo, es crucial reconocer su papel como un sumidero de carbono en crecimiento. El estudio resalta la considerable acumulación de carbono fósil dentro de la tecnosfera cada año. Esta tecnosfera se compone de todos los productos, estructuras y artefactos hechos por el hombre. Estos hallazgos demuestran que una cantidad significativa de carbono puede almacenarse a largo plazo en materiales creados por humanos, siempre que permanezcan intactos y no se degraden.

Considera esta lista de componentes del tecnosfera:

• Edificios e infraestructura
• Plásticos y otros bienes duraderos
• Productos de caucho
• Maquinaria y equipo

Estos materiales, ya sean edificios o plásticos duraderos, almacenan carbono con el tiempo. La idea clave es que, a diferencia de sumideros de carbono naturales como bosques u océanos, estos materiales no forman parte de los ecosistemas naturales donde tradicionalmente se recicla el carbono. En su lugar, representan una forma de almacenamiento creada por nuestras economías y vida cotidiana.

No obstante, este potencial trae consigo desafíos. La durabilidad de estas formas de almacenamiento de carbono a menudo depende de una adecuada gestión de residuos. Si los artículos son incinerados o eliminados incorrectamente, pueden volver a contribuir a las emisiones en lugar de funcionar como un sumidero neto de carbono. Por lo tanto, es crucial aumentar la vida útil y las tasas de reciclaje de estos materiales.

El estudio promueve un cambio de mentalidad al pasar de enfocarse únicamente en las emisiones de carbono a también considerar las reservas de carbono. Destaca la necesidad de políticas y prácticas que se centren en mantener estas reservas de carbono el mayor tiempo posible. Las implicaciones son significativas. Al mejorar los métodos de reciclaje y la gestión de recursos, es posible reducir la liberación innecesaria de emisiones de carbono y maximizar los beneficios de estas reservas.

Explorar el potencial del carbono biogénico en productos duraderos, como la madera u otros materiales de origen vegetal, puede diversificar las estrategias de secuestro de carbono. Esto abre una vía adicional para reducir emisiones y ampliar los métodos de almacenamiento de carbono a largo plazo.

Estrategias futuras

Al mirar hacia el futuro, resulta evidente que es esencial gestionar el carbono presente en nuestros materiales de construcción y artículos del hogar. El estudio resalta diversas estrategias para aprovechar el potencial de la tecnosfera como sumidero de carbono, al mismo tiempo que se mitigan los riesgos ambientales. A continuación, algunas medidas que podemos tomar:

• Prolongar la vida útil de los productos: Diseñar productos y edificaciones que duren más tiempo para mantener el carbono almacenado por más tiempo.
• Aumentar las tasas de reciclaje: Mejorar los procesos de reciclaje para transformar desechos en nuevos productos, reduciendo la necesidad de nuevos insumos de carbono.
• Desarrollar mejores prácticas de gestión de residuos: Optimizar el manejo de vertederos para disminuir emisiones y contaminación.
• Fomentar el uso de materiales biogénicos: Considerar materiales como la madera para la construcción, que pueden almacenar carbono de manera natural.

Estas estrategias abordan tanto el potencial de almacenamiento del tecnosistema como sus implicaciones ambientales. Al aumentar la vida útil y el reciclaje de materiales, podemos disminuir la cantidad de carbono fósil que ingresa a los flujos de desechos. Esto reduce la presión sobre los vertederos y minimiza las emisiones de la incineración.

El uso de materiales biogénicos ofrece una estrategia alternativa interesante. Los materiales de origen vegetal, como la madera, pueden ser un medio renovable para almacenar carbono. Además, tienen la ventaja adicional de formar parte de un ciclo natural de carbono, algo que los productos derivados de fósiles no pueden ofrecer.

Las políticas efectivas también son fundamentales. Las regulaciones que promueven una vida útil más larga de los productos y un mejor reciclaje pueden aumentar la eficacia de estas estrategias. Es esencial que gobiernos e industrias trabajen juntos para establecer normas que respalden prácticas sostenibles. Pequeños cambios, como mejorar la durabilidad de los productos cotidianos y hacer que el reciclaje sea más accesible, pueden acumularse para lograr un impacto significativo.

Un estudio de la Universidad de Groningen destaca la importancia de gestionar el carbono almacenado en nuestros edificios y productos. Al implementar estas estrategias, no solo podremos almacenar carbono sino también fomentar una interacción más sostenible con nuestro entorno.