El exceso de pantallas afecta el sueño y el comportamiento de niños pequeños, revela estudio.

MadridEl uso excesivo de pantallas se asocia con problemas de sueño y de comportamiento en niños en edad preescolar. Un estudio realizado por el profesor Yan Li y su equipo en la Universidad Normal de Shanghái, junto con expertos de Canadá, muestra que el uso excesivo de dispositivos en niños pequeños reduce el tiempo de sueño y empeora problemas de comportamiento como la hiperactividad y los cambios de humor. Los investigadores entrevistaron a las madres de 571 niños en edad preescolar en Shanghái, recopilando información sobre el tiempo de pantalla y los problemas de comportamiento. El estudio concluyó que más tiempo frente a pantallas se traduce en:

Título: Impacto del Sueño en la Salud Mental y Social

• Calidad del sueño deficiente y menos horas de descanso
• Aumento de problemas de atención e hiperactividad
• Mayor angustia emocional, incluyendo ansiedad y síntomas depresivos
• Relaciones interpersonales deterioradas con los compañeros

Pantallas y Sueño Infantil: Una Relación Compleja

El Dr. Shujin Zhou señala que las pantallas pueden mantener activado el cerebro de los niños, lo que dificulta que concilien el sueño. Las horas de dormir se retrasan porque los niños se entretienen viendo pantallas, y la luz que emiten puede alterar los patrones de sueño. Además, el Dr. Bowen Xiao comenta que el uso excesivo de pantallas y los problemas de sueño crean un ciclo en el que cada uno de estos problemas agrava al otro, aumentando el riesgo de problemas de atención y emocionales.

Controlar el tiempo de pantalla puede mejorar tanto el comportamiento como el sueño en los niños pequeños, según sugiere la investigación. Un mejor descanso podría reducir los efectos negativos del uso excesivo de pantallas. Los investigadores destacan que utilizar herramientas científicas para medir el sueño podría enriquecer estudios futuros. Esto abriría la puerta a tratamientos más eficaces y ayudaría a las familias a gestionar el tiempo de pantalla y sus consecuencias. Comprender esta relación es especialmente crucial en momentos difíciles como la pandemia de Covid-19.

Aunque la investigación presenta algunas limitaciones al basarse en los reportes de las madres, lo cual podría introducir sesgos, futuros estudios podrían emplear dispositivos científicos para obtener datos más precisos sobre la calidad del sueño. No obstante, estos hallazgos proporcionan perspectivas valiosas para gestionar el tiempo frente a las pantallas y promover rutinas más saludables en niños pequeños.

Sueño y comportamiento

Entender la conexión entre el sueño y el comportamiento es fundamental, especialmente para los niños en edad preescolar. Este grupo se encuentra en una etapa en la que sus cerebros y emociones se desarrollan rápidamente. Un nuevo estudio resalta puntos importantes sobre cómo el tiempo frente a pantallas afecta a estos niños.

El tiempo frente a las pantallas puede dificultar que los niños en edad preescolar concilien el sueño. El mal descanso afecta su capacidad de atención y comportamiento. La falta de un buen sueño puede ocasionar cambios de humor e incluso ansiedad.

Cuando los niños pasan mucho tiempo frente a las pantallas, suelen acostarse más tarde. La luz que emiten estos dispositivos puede confundir sus cerebros, dificultando el proceso de relajación. Como consecuencia, pueden volverse más inquietos y dormir menos horas. Esto puede llevar a una menor concentración y comportamientos más hiperactivos durante el día.

El estudio también sugiere cómo el mal sueño y los problemas de comportamiento se retroalimentan. Cuando los niños no duermen bien, tienden a portarse peor, y estos problemas de conducta pueden hacer que sea aún más difícil para ellos dormir la noche siguiente. Para los padres, esto podría significar notar que su hijo está irritable o tiene dificultades para jugar con otros.

Mejorar el sueño podría ser un paso crucial para ayudar a los niños a romper este ciclo. Al reducir el tiempo frente a pantallas, especialmente antes de dormir, los padres podrían notar mejoras tanto en el sueño como en el comportamiento de sus hijos. Esto se traduce en menos hiperactividad y menos explosiones emocionales. No se trata solo de alejarlos de las pantallas, sino de observar cómo esto impacta otras áreas de sus vidas.

Aunque se requiere más investigación, el estudio sugiere soluciones posibles, como establecer rutinas constantes a la hora de dormir y limitar el tiempo frente a las pantallas. Al enfocarse en mejorar el sueño, los padres pueden contribuir a mejorar el comportamiento diurno de sus hijos. Esta investigación ofrece un camino para limitar potencialmente los efectos nocivos de las pantallas y mejorar el bienestar general de los niños en edad preescolar.

Futuras direcciones

El estudio resalta varios pasos fundamentales para investigaciones futuras y medidas que ayuden a mitigar los efectos negativos del exceso de tiempo frente a las pantallas en niños en edad preescolar. Esta investigación abre posibilidades para desarrollar directrices prácticas e intervenciones. A continuación, se presentan algunas direcciones potenciales:

• Establecer directrices sobre el tiempo frente a la pantalla para padres y cuidadores.
• Enfatizar la mejora de las intervenciones para el sueño en los niños.
• Emplear herramientas científicas para evaluar la calidad del sueño y obtener resultados precisos.
• Investigar los mecanismos subyacentes que relacionan el uso de pantallas, el sueño y el comportamiento.

Educar a los padres y cuidadores sobre la importancia de controlar el tiempo frente a la pantalla puede ser un primer paso efectivo. Establecer límites realistas para el uso de dispositivos y fomentar actividades alternativas puede reducir los riesgos asociados con el uso excesivo. Proporcionar información sobre los efectos de la sobrestimulación y la luz azul en la calidad del sueño puede ayudar aún más a que tomen decisiones informadas.

Las intervenciones para mejorar el sueño en niños pueden ser de gran utilidad. Establecer rutinas de sueño consistentes y crear zonas libres de pantallas antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño. Además, incorporar actividades relajantes antes de acostarse puede disminuir el estado de alerta físico y psicológico, ayudando a los niños a relajarse adecuadamente.

Además, al utilizar herramientas científicas para monitorear con precisión la calidad del sueño en estudios futuros, se podrían obtener datos más objetivos. Este método podría ofrecer perspectivas que los informes subjetivos no logran captar, como las sutiles diferencias de cómo los patrones de sueño interrumpido afectan el comportamiento.

Explorar detalladamente los mecanismos que conectan el uso excesivo de pantallas, el mal sueño y los problemas de comportamiento podría resultar muy beneficioso. Comprender por qué y cómo interactúan estos elementos podría conducir a mejores planes de tratamiento o incluso a estrategias preventivas para las familias.

Este estudio destaca la necesidad de implementar estrategias integrales que aborden tanto el uso de pantallas como el sueño. Al abordar proactivamente estos asuntos, podríamos mejorar el desarrollo y el bienestar a largo plazo de los niños. Dar estos pasos podría transformar la forma en que apoyamos el desarrollo saludable de los preescolares en un mundo centrado en la tecnología. Esto podría crear un equilibrio más saludable entre el uso de la tecnología y las necesidades fundamentales de los niños en crecimiento.